Esta labor comienza desde el momento en el que reservéis la fecha hasta después de la boda. Os ayudaré a encontrar a todos los proveedores que necesitéis, incluso a los que no creíais necesitar.

Todas esas personas formarán parte de vuestro día, trabajaremos juntos como un equipo, no sólo desarrollando vuestras ideas, sino también aportando las nuestras, nuestros valiosos consejos y sugerencias, dando rienda suelta a todo un mundo de sensaciones y emociones que jamás olvidaréis.

Una vez más nos encontramos con que una imagen vale más que mil palabras. Una conversación sin mediar palabra que irá narrando una historia, la vuestra.

Los invitados la irán descubriendo poco a poco con sus 5 sentidos: la vista, el olfato, el oído, el gusto y el tacto serán los protagonistas.

La importancia de los pequeños detalles como el lugar elegido, la estación en la que se celebre, la gama de colores, los materiales y texturas utilizados y cómo se han utilizado. Así como la comida, la música, las flores, el entorno, las sorpresas, un sinfín de detalles y vosotros mismos seréis los encargados de transmitir y proyectar la imagen de vuestra boda.

¡Buen trabajo! Llegados a este punto seguramente estéis exhaustos de todo lo que conlleva la organización de una boda. ¿Qué os voy a contar ya que no sepáis? Se invierte mucho tiempo y energía. En mi opinión, es un gran desgaste para la pareja.

Mi servicio de coordinación os ayudará a que estéis tranquilos y relajados. Es un día de muchas emociones. Así que días antes prepararé un documento detallado con quién, cuándo, dónde, qué y las observaciones a tener en cuenta para que no se nos escape nada. Pero también habrá momentos para la naturalidad, para lo que no está escrito, instantes que darán calidez a los recuerdos.

Mi atención estará totalmente dedicada a vosotros, vuestros invitados y a que todo salga como tiene que salir. Vosotros lo único que me tenéis que prometer es que vais a disfrutar.